Se señala al Papa Francisco de "comunista" por algunos conceptos expresados en diferentes documentos, particularmente, ahora, en la encíclica Fratelli tutti. Pero, ¿ha dicho Francisco algo diferente a sus predecesores como Pablo VI o Juan Pablo II? ¿O diferente a la doctrina social de la Iglesia sostenida desde hace siglos?
Adolfo Miranda Sáenz
El Papa Francisco ha sido atacado hasta de “comunista” por su encíclica Fratelli tutti (Hermanos todos) llamando a construir juntos un mundo más fraterno y justo. Lo atacan quienes se molestan por sus enseñanzas sobre las riquezas, la propiedad privada y el derecho de todos a tener las mismas oportunidades. Pero nunca Francisco ha enseñado nada nuevo. Él enseña lo mismo que enseñó Jesucristo, los apóstoles, los Padres de la Iglesia, el Concilio Vaticano II y las encíclicas sociales desde León XIII hasta Juan XXIII, Pablo VI y Juan Pablo II. ¿Habría que condenar como “comunistas” desde Jesucristo hasta el papa Juan Pablo II? Más bien creo que muchos necesitan estudiar la doctrina social de la Iglesia, lamentablemente poco conocida, ignorada por la mayoría. (Para mayor profundización en el tema leer el "Compendio de Doctrina Social de la Iglesia" mandado a publicar por San Juan Pablo II el 29 de Junio de 2004. Puede encontrarse en la Web de la Santa Sede).
La doctrina cristiana se resume en amar a Dios y
amar al prójimo. Lo dijo Jesús. (Ver Mateo 22.36-40). Si amamos al prójimo no
podemos ser indiferentes ante la pobreza, la injusticia, la discriminación de cualquier
tipo, la violación de los derechos humanos, la salud para todos y el acceso a
los bienes de este mundo. Si no, ¡simplemente no somos cristianos! Jesús dice
que seremos juzgados por lo que nos importe o no que los hambrientos coman, los
sedientos beban, los que necesitan ropa (u otros bienes) los obtengan y si nos
preocupamos o no por los más necesitados como los migrantes, los enfermos y los
presos. (Ver Mateo 25.1-46).
Jesús no se refiere solo a dar limosnas o hacer aisladas obras de misericordia. No es que hacerlo sea malo, pero no debemos reducir las palabras del Señor a nuestra comodidad. El compromiso cristiano es procurar que no haya hambre, personas sin acceso al agua, personas que carecen casi de todo, enfermos sin medicina, migrantes maltratados, violaciones a los derechos humanos y destrucción del medio ambiente que implica atentar contra la vida.
La doctrina social de la Iglesia sostiene firmemente el principio fundamental del “destino universal de los bienes” creados por Dios para todos, no para acaparamiento de algunos y carencia para otros, lo cual implica regulaciones a la propiedad privada. Leamos lo que dice San Pablo VI: ”El principio del destino universal de los bienes, creados para todos, es el primer principio de todo el ordenamiento ético-social. Todos los demás derechos sobre los bienes necesarios para la realización integral de las personas, incluidos el de la propiedad privada, no deben estorbar, sino facilitar su realización.” (Para mayor profundización en el tema leer la encíclica de San Pablo VI: Populorum progressio. Web de la Santa Sede).
San Juan Pablo II fue categórico: “Dios ha dado la tierra a todo el género humano para que ella sustente a todos sus habitantes, sin excluir a nadie ni privilegiar a ninguno. La tradición cristiana nunca reconoció como absoluto o intocable el derecho a la propiedad privada y subrayó la función social de cualquier forma de propiedad.” – “Sobre toda propiedad privada recae una hipoteca social.” (Para mayor profundización en el tema leer las encíclicas de San Juan Pablo II: Centesimus annus, Laboren exercens y Sollicitudo rei sociales. Web de la Santa Sede).
¿Se cumple la voluntad de Dios en cuanto al “destino universal de los bienes”? Evidentemente no: menos del 1% posee la mitad de toda la riqueza del mundo y hay 1.300 millones de seres humanos en la miseria (Global Wealth Report y PNUD). ¿Es “comunista” Francisco por hacer un llamado a nuestras conciencias ante esta realidad? Por supuesto que no.
El Papa Francisco no está contra la empresa privada. En su reciente encíclica Fratelli tutti ha expresado que “la actividad de los empresarios es una noble vocación orientada a producir riquezas y a mejorar el mundo para todos. Dios espera que desarrollemos las capacidades que nos dio para hacer crecer los bienes y aumentar la riqueza. Estas capacidades de los empresarios tendrían que orientarse al desarrollo de las demás personas y a la superación de la pobreza, mediante la creación de fuentes de trabajo”, lo cual implica, también, salarios y prestaciones justas, y trato digno. Creación de riquezas no solo para el uso y disfrute de los empresarios, sino canalizando recursos vía impuestos, fundaciones y otras organizaciones, para servir al bien común. (Puede encontrarse la encíclica Fratelli tutti en la Web de la Santa Sede: http://www.vatican.va/content/vatican/es.html)