Adolfo Miranda Sáenz
Imágenes: La Inmaculada de Granada. La Inmaculada de El Viejo o del Trono. La Inmaculada de Murillo.
Los nicas llamamos “las purísimas” a las fiestas que cada año celebramos en diciembre en honor de la Santísima Virgen María conmemorando su Inmaculada Concepción. Los católicos celebramos que María fue concebida por sus padres San Joaquín y Santa Ana preservándola Dios del pecado original, sin mancha, como tenía que ser la futura Madre de Jesús. Ella es “La Purísima” (en mayúscula y en singular) y su novenario son “las purísimas” (con minúscula y en plural), la más bella celebración religiosa de Nicaragua. Una festividad religiosa eminentemente familiar, fraternal y comunitaria, donde se enfatiza el compartir con alegría –entre oraciones y cantos- refrescos, golosinas y obsequios sencillos. La Inmaculada Concepción es la Patrona de Nicaragua en cuyo honor el Santo Juan Pablo II nombró Basílica Menor a la iglesita de El Viejo, donde se venera la imagen de La Inmaculada que nos llegó en manos de Don Pedro Cepeda y Ahumada, hermano de Santa Teresa de Jesús, en 1562. (Basílica es el título otorgado a templos importantes). Esta Imagen de la Inmaculada que preside la Basílica es conocida también como "Virgen del Trono" y simbólicamente desde allí reina en Nicaragua la Santísima Virgen María en la advocación de la Inmaculada Concepción.
Las purísimas las iniciaron los franciscanos en León cuando Pío IX definió el Dogma de la Inmaculada Concepción el 8 de diciembre de 1854. Ellos fueron los principales defensores de esta doctrina sobre la Madre de Jesús y quienes ante el Papa insistieron para que el dogma se proclamara. Para entonces ya el famoso pintor Bartolomé Esteban Murillo había pintado varios cuadros de La Inmaculada pues aún sin haberse proclamado el dogma, desde siglos atrás había mucha devoción por la Purísima Concepción de María. La más bella de esas pinturas de Murillo es La Inmaculada que está en el Museo Del Prado (Madrid) pintada en 1678, en la que se inspiran nuestras populares imágenes de La Purísima. Cuando se proclamó el dogma, en León los franciscanos congregaron al pueblo para celebrarlo cantándole a la Virgen en las calles y gritando: ¡¿Quién causa tanta alegría?! ¡La Concepción de María! (lo cual originó el término “La Gritería”). Allí se popularizó la devoción del rezo del novenario y los altares en las casas, finalizando el 7 de diciembre con “La Gritería”, repartiendo golosinas y otros obsequios sencillos a los que llegan a cantarle y “gritarle” a la Virgen. Ese detalle de dar, obsequiar, compartir -incluso con desconocidos- es hermoso y muy significativo, representativo del agape (amor fraterno) entre los cristianos.
En 1724 a Granada llegó misteriosamente una imagen de La Purísima Virgen María con el niño Jesús en brazos, como misterioso regalo de Dios, transportada en una caja de madera por las olas del Gran Lago de Nicaragua que solo los padres franciscanos pudieron sacar del agua. Esa preciosa imagen de la Virgen se venera en la Santa Iglesia Catedral de la Inmaculada Concepción. Cada año, para la novena a La Purísima, nueve barrios de Granada reciben a la Virgen -un día cada uno- colocándola en bellos altares al final de calles artísticamente engalanadas, para ser conducida al final del día en magníficas e ingeniosas carrozas a la Iglesia Catedral de su nombre, luciéndose los juegos pirotécnicos junto al repicar de las campanas jubilosas que reciben cada noche la imagen de la Madre de nuestro Dios y Salvador Jesucristo. Aunque la Patrona de la ciudad de Granada es la Virgen de la Asunción que se celebra el 15 de agosto y cuya principal imagen se venera en la Iglesia de Xalteva, su advocación en el misterio de la Inmaculada Concepción es más celebrado. Si la patrona de la ciudad es la Asunción, la Patrona de la Arquidiócesis de Granada es la Inmaculada. Claro que no son mas que advocaciones de la misma Santísima Virgen María, la Madre de Nuestro Señor Jesucristo. (Advocaciones de la Virgen María son los nombres complementarios que se le dan y se refieren a determinado misterio, virtud o atributo suyos, a momentos especiales de su vida, a lugares vinculados a su presencia, al hallazgo de una imagen suya, etc.)
No hay que confundir la “concepción de María” con la “concepción de Jesús”. En las purísimas celebramos que María fue concebida por sus padres sin que ella "heredara" el pecado original, como todos los demás, excepto luego Jesús, por supuesto. Diferente es la concepción de Jesús en el seno de María Virgen por obra y gracia del Espíritu Santo, lo cual celebramos el 25 de marzo como la Anunciación del Ángel Gabriel a la Santísima Virgen María.
El amor a María -que Jesús desde la Cruz nos legó como madre nuestra- es especialmente grande en Nicaragua. En estos días de purísimas la devoción a nuestra Madre llena los corazones de alegría, engalana nuestras casas, calles, escuelas, centros de trabajo, iglesias… y no solo en Nicaragua, ¡en todo el mundo! Donde hay nica, hay purísimas. Y dónde está presente nuestra Madre Santísima el corazón se llena de gozo. Por eso los nicas nunca nos desesperamos, ni en terremotos ni en huracanes, ni en medio de cualquier problema. Los nicas siempre somos muy alegres; y... ¿Quién causa tanta alegría? ¡¡¡La Concepción de María!!!
No hay que confundir la “concepción de María” con la “concepción de Jesús”. En las purísimas celebramos que María fue concebida por sus padres sin que ella "heredara" el pecado original, como todos los demás, excepto luego Jesús, por supuesto. Diferente es la concepción de Jesús en el seno de María Virgen por obra y gracia del Espíritu Santo, lo cual celebramos el 25 de marzo como la Anunciación del Ángel Gabriel a la Santísima Virgen María.
El amor a María -que Jesús desde la Cruz nos legó como madre nuestra- es especialmente grande en Nicaragua. En estos días de purísimas la devoción a nuestra Madre llena los corazones de alegría, engalana nuestras casas, calles, escuelas, centros de trabajo, iglesias… y no solo en Nicaragua, ¡en todo el mundo! Donde hay nica, hay purísimas. Y dónde está presente nuestra Madre Santísima el corazón se llena de gozo. Por eso los nicas nunca nos desesperamos, ni en terremotos ni en huracanes, ni en medio de cualquier problema. Los nicas siempre somos muy alegres; y... ¿Quién causa tanta alegría? ¡¡¡La Concepción de María!!!