Ni el gobierno ni la oposición pueden pretender "todo o nada"; o sea, lograr el 100% de lo que quisieran. Se necesita abandonar posiciones extremas, ceder y reprimir la ira con iniciativas intermedias de diálogo para conseguir un mejoramiento del clima político y de la recuperación económica que urge Nicaragua. Eso quiere la mayoría del pueblo.
Adolfo Miranda Sáenz
El editorial de LA PRENSA del lunes pasado,
titulado “Diálogo sin posibilidad de un término medio”, finalizaba diciendo:
“…no se ve la posibilidad de una iniciativa
intermedia de diálogo nacional, que no sea para respaldar al régimen de
Ortega ni para tratar de sacarlo del poder, sino para conseguir un mejoramiento
del clima político y de la recuperación económica. La política nicaragüense no
es de términos medios. La regla ha sido siempre la del todo o nada, y por eso
el país está en la deplorable situación actual”.
Comparto esa opinión. Hay sectores radicales en la
oposición declarando que el único diálogo aceptable sería para hablar sobre la
salida del gobierno, y cualquier otro sería condenable pues solo serviría para
respaldar al mismo. Una posición extrema y radical, porque queramos o no, nos
guste o no, lo cierto, lo evidente, la realidad es que este gobierno está gobernando
y el diez de enero iniciará un nuevo período de cinco años, sea legítimo o no.
Ni la oposición ni otros gobiernos u organismos internacionales pueden hacer
nada para cambiar esto.
Mientras tanto, los nicaragüenses necesitamos
vivir en nuestro país; tener alimentos, salud, trabajar, estudiar, etc. Es decir, ¡vivir! No agonizar cada día. No llegar
a la miseria, que es morir en vida. No sufrir las consecuencias de una
situación política —por acciones nacionales o internacionales— que destruyan
nuestra economía y nos hundan en más pobreza. Algunos opositores radicales
reclaman sacrificios para derrocar o hacer que renuncie el gobierno. Algo que
la lógica y la realidad demuestran que no se puede lograr. Serían inmolaciones que solo causarían más tragedias.
Lo dicho también es válido para el gobierno —como
dice LA PRENSA— si convocara un diálogo solo para ganar respaldo. Ambos, tanto gobernantes
como opositores, tienen la obligación de salvar a Nicaragua propiciando un
diálogo por el futuro de nuestros niños; pues opositores y gobernantes, todos,
tenemos hijos y nietos; y necesitamos —por el bien del país— “logros
intermedios” que nos permitan después encontrar juntos el camino para el
futuro.
Gobierno y oposición quieren lograr cosas
inmediatas, otras a corto plazo, y otras que pueden ser a un plazo mayor.
Digamos, A, B y C. No se puede ir al diálogo a pedir de una sola vez A, B y C,
¡o nada! ¡Todo o nada! Eso no demostraría tener voluntad de dialogar, sino
pretensiones de imponerse. Tampoco se puede ir con condiciones previas que
impidan al otro sentarse a dialogar: “Me das primero A y B y después vamos a
dialogar sobre C”. Ni se debe ir a un diálogo pretendiendo lograr el 100% de lo
que cada cual quiere. Se debe procurar “una iniciativa intermedia de diálogo
nacional (…) para conseguir un mejoramiento del clima político y de la
recuperación económica”.
De nada serviría si el gobierno solo convocara a
los partidos y a los empresarios con quienes hoy tiene buenas relaciones. No digo
excluir a nadie, pero es vital que estén algunos sectores de los que estuvieron
representados —de alguna manera— en los anteriores diálogos. Los partidos civilistas,
no violentos, con dirigentes sensatos. Siendo imprescindible para la economía del país que
esté el COSEP. Para eso, el gobierno debería realizar algunas acciones previas sobre
los detenidos y exiliados para que esos partidos y el COSEP puedan participar,
creando un ambiente de tranquilidad propicio para dialogar.
Cada parte puede lograr su propio tema A
rápidamente, avanzar en sus temas B y acordar una ruta para seguir trabajando en
el tema C. Los dirigentes opositores sensatos deben acudir a un diálogo así, y ser
valientes, pues los radicales los atacarán ferozmente y mucho se hacen oír en
las redes. Pero la inmensa mayoría, que es silenciosa, desea el diálogo para “un
mejoramiento del clima político y la recuperación económica”.
Publicado en el Diario La Prensa y transmitido por Radio Corporación (Managua)