20190226

Pruebas de vida después de la muerte

Muchos de los que experimentaron la muerte y luego volvieron a la vida aseguran que recuerdan lo qué pasó en la sala del hospital después que el médico los había declarado muertos.

Adolfo Miranda Sáenz


"Sí, hay vida después de la muerte. He estado sumido en un profundo coma durante una semana en la que viajé a otra dimensión del universo; una dimensión que nunca antes pude llegar a soñar que existiese. La conciencia persiste más allá de la muerte, ajena al cuerpo y al cerebro.” Lo afirma el neurocirujano de la Universidad de Harvard, doctor Eben Alexander, en su libro Proof of Heaven (La prueba del Cielo). Existen varios estudios científicos que concluyen que la vida después de la muerte sí existe.  El doctor Sam Parnia, también médico, ha trabajado en las salas de emergencia de más de 25 hospitales en Europa y en Estados Unidos, lo que le ha permitido investigar la conciencia (el estar consciente) después de la muerte, publicando el resultado en su libro Erasing Death (Borrar la Muerte).
 

Y así podríamos seguir contando hasta llegar a los millones de casos de personas que, según el cardiólogo holandés, doctor Pim van Lommel, han pasado por esa experiencia en los últimos 50 años, como revela en su obra Consciencia más allá de la Vida. La doctora Mary C. Neal, una cirujana ortopedista estadounidense que sufrió un accidente en kayak del que fue declarada clínicamente muerta, en su libro Ida y Vuelta al Cielo, describe la experiencia de su viaje al “más allá”.

La palabra de estos médicos y otros investigadores que publican sus experiencias, aun a riesgo de jugarse su prestigio, no ha sido suficiente para convencer a otros científicos incrédulos. El catedrático de neurobiología holandés doctor Dick Swaab, por ejemplo, achaca “las visiones” a la falta de riego sanguíneo en el globo ocular; otros dicen que son reacciones químicas, o bien, físicas, del cerebro para “consolar al paciente” ante la muerte. Pero, ¿cómo procesa un cerebro muerto las “visiones” cuando ya cesó su actividad, lo cual se comprueba al no registrarse más ondas cerebrales? Los médicos declaran la muerte del paciente cuando deja de respirar, cesan los latidos de su corazón y cesan las ondas cerebrales.

Quizá el estudio científico más grande sobre el tema es el publicado en la revista Resuscitation, realizado por la Facultad de Medicina Langone de la Universidad de Nueva York. La investigación afirma que la conciencia humana no desaparece después de la muerte. Muchos de los que experimentaron la muerte y luego volvieron a la vida aseguran que recuerdan lo qué pasó en la sala del hospital después que el médico los había declarado muertos. Algunos incluso recuerdan las conversaciones entre los médicos o sus rostros de decepción (vistos teniendo “el muerto” los ojos cerrados). 

Ese estudio, titulado Awareness during resuscitation (Conciencia durante la resucitación), analizó las experiencias de 2060 personas que tuvieron un paro cardíaco y ausencia de ondas cerebrales, tanto en Estados Unidos como en Europa. De éstas, 330 volvieron a la vida y 140 dicen haber estado conscientes después de estar clínicamente muertos. Aunque la mayoría de los participantes dijeron que no podían recordar con claridad y solo tenían imágenes vagas, un 39% pudo describir una “percepción de conciencia” y otro porcentaje menor fue capaz de describir incluso las conversaciones y situaciones de la habitación del hospital. Lo más relevante  es que esos recuerdos han sido verificados por el personal que estaba presente en ese momento exacto.

Éste y muchos otros estudios revelan que durante el lapso entre la muerte y el regreso a la vida las personas tienen experiencias distintas; unos pasan por un túnel con una luz al fondo, otros ven de inmediato una luz resplandeciente, hay quienes ven a algunos seres queridos ya fallecidos, otros ven “seres celestiales”, a Jesús, etc. Pero en común todos experimentan  paz, felicidad, y lo que ven o perciben siempre son cosas de su agrado.

El físico y cosmólogo Sean Carroll, profesor del Instituto de Tecnología de California, afirma que “es imposible la existencia de cualquier cosa después de morir. La conciencia es una serie de átomos y electrones que nos da nuestra mente. Las leyes del universo no permiten que estas partículas funcionen después de nuestra muerte física.” El doctor Carroll, como otros científicos, se refiere a átomos, electrones y leyes físicas, porque no acepta nada más que la materia. Pero la vida después de la muerte no es material, trasciende la materia, es otra dimensión, espiritual. Sus colegas médicos y otros científicos que lo experimentaron consideran que quienes están auto limitados a lo material no logran refutar sus testimonios.