No hay que confundir la prudencia con el miedo ni la temeridad con el valor. La Sagrada Escritura enseña: “El prudente ve el peligro y lo evita; el insensato sigue adelante y sufre las consecuencias” (Proverbios 27,12).
Adolfo Miranda Sáenz
La prudencia es una de las
principales virtudes que debe tener toda persona humana. Santo Tomás de Aquino
la incluyó entre las cuatro virtudes “cardinales” (fundamentales) junto a la justicia,
la moderación y la fortaleza. Pensar, actuar y vivir con prudencia es ser
sensato y tener buen juicio.
Consiste en saber distinguir lo
que es bueno para hacerlo, y lo que es malo para evitarlo. Debemos siempre
procurar el bien; por eso, antes de actuar debemos usar nuestra razón para encontrar
la acción más adecuada para alcanzar el bien, y así evitar las acciones que puedan
llevarnos a hacer el mal. Para formarnos un buen juicio debemos tener
en cuenta la memoria del pasado, el conocimiento del presente y prever las
consecuencias de las decisiones que vamos a tomar.
Pensar, actuar y vivir con prudencia
implica usar adecuadamente la inteligencia con el deseo y el propósito de hacer
siempre lo bueno, lo correcto, lo útil y lo necesario. La prudencia es diferente
a la astucia, pues los astutos frecuentemente usan la inteligencia para el mal.
También la prudencia es contraria
a la temeridad, pues quien actúa con temeridad actúa de manera insensata, sin balancear
el beneficio con el costo, ni considerar adecuadamente las posibles
consecuencias de sus acciones, produciendo un mal sin conseguir el bien que se
deseaba, desperdiciando esfuerzos y pagando costos valiosos inútilmente. No hay
que confundir la prudencia con el miedo ni la temeridad con el valor. La
Sagrada Escritura enseña: “El prudente ve el peligro y lo evita; el insensato
sigue adelante y sufre las consecuencias” (Proverbios 27,12).
La prudencia es un atributo de
Dios: “Yo, la Sabiduría, habito con la prudencia, yo tengo la ciencia de la
reflexión. Míos son el consejo y la habilidad, mía la inteligencia, mía la
fuerza” (Proverbios 8, 12 y 14). “El Señor es el que da la sabiduría, de su
boca nacen la ciencia y la prudencia” (Proverbios 2, 6).
La virtud de la prudencia debe
acompañarse de la virtud de la humildad; reconocer nuestras limitaciones y
saber que no podemos hacer ni lograr todo lo que quisiéramos. Pero al mismo
tiempo debemos tener la determinación de actuar de forma rápida y decidida cuando
un juicio sensato y sereno indique que se debe actuar y que se puede hacer con
buenos resultados para lograr el bien necesario. No hacerlo, en ese caso, sería
insensato e imprudente. Pero no debemos buscar el bien a costa de causar el
mal, pues es un principio moral fundamental que “el fin no justifica los medios”.
Para desempeñar funciones de
responsabilidad como dirigir, guiar, conducir, orientar, enseñar a otros; ser
un buen esposo, esposa, padre, madre, administrador, profesional, buen
trabajador, jefe, pastor, se debe actuar con sabia prudencia. El prudente
piensa, razona, discierne antes de tomar decisiones que pueden afectar su
propia vida y la vida de los demás. Sabe cuándo hablar y cuándo callar; cuándo
actuar y cuándo no; qué decir o no decir y qué hacer o no hacer. No se deja
llevar por sus emociones, sino por la razón. Es paciente, previsor y precavido;
no es derrochador, fanfarrón ni chismoso. Las personas prudentes toman
decisiones inteligentes, conservan la calma aún en las situaciones más
difíciles, jamás ofenden ni pierden la compostura. Valoran las consecuencias de
sus acciones y se abstienen de ofender y dañar a otros. “El insensato se enoja
rápido; el prudente pasa por alto los insultos” (Proverbios 12,16).
Dios nos dice en las Sagradas
Escrituras que si escuchamos sus palabras, guardamos sus mandamientos con
sabiduría y actuamos con prudencia, sabremos honrarlo y descubriremos lo que es
conocer a Dios (cf. Proverbios 2, 1-2 y 5). Jesús dice: “Todo el que oye mis
palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su
casa sobre una roca” (Mateo 7,24).
Publicado en el Diario La Prensa y transmitido por Radio Corporación (Managua)