La “ideología de género” va veloz rumbo a la promiscuidad, la poligamia, la pedofilia, la zoofilia, la necrofilia, el incesto... ¡Todo se vale! ¡Hay países, incluso europeos, donde ahora una sexual puede estar formada por padres o madres con su hijo o su hija, o una persona con un perro! ¡Todo legalmente!
Adolfo Miranda Sáenz
Todos sabemos que hay homosexuales, varones y mujeres, que sienten atracción por personas de su mismo sexo. Puede que haya nacido así porque la naturaleza en su imperfección produce personas con diferentes capacidades, o con carencias, o con trastornos por diferentes causas.
Ningún ser humano debe ser rechazado por eso, sino comprendido, aceptado con afecto, y ayudado a vivir sin discriminación ni exclusión social. En el caso de los homosexuales algunas religiones considerando que deben vivir en castidad. Sin embargo, socialmente se acepta que la sexualidad es parte de la intimidad de una persona y que nadie debe inmiscuirse en su vida privada, siempre y cuando no se violen las leyes que protegen la sociedad, el orden público y los principios generales del derecho.
Por ejemplo, la sociedad no debe intervenir en la intimidad sexual que pueda tener los homosexuales adultos en su vida privada; pero es delito cuando un adulto, sea homosexual o heterosexual, tiene intimidad con un menor de edad.
Las cosas se tuercen cuando los homosexuales pasan del respeto que le damos a su sexualidad privada, a exigirnos un reconocimiento público, social y legal, y que se exalta y enseñe —incluso desde los jardines de infancia— que ser lesbianas, gais, bisexuales, travestis, transgéneros, transexuales, intersexuales o “queer” (un nuevo término para los que no se identifican ni como uno ni como otro), son opciones que cada cual puede elegir para vivir la sexualidad públicamente . Y que las parejas formadas por personas de esos "géneros" tienen derecho al matrimonio y a la adopción de niños.
La naturaleza produce únicamente varones con sexo masculino y mujeres con sexo femenino; pero la “ideología de género” dice que cada cual puede crear “su propia identidad sexual según lo que quiera”, designando algunas opciones con las letras LGBTTTIQ: lesbianas, gais, bisexuales, travestis, transgéneros, transexuales, intersexuales o “queer”.
A este paso desaparecería la familia, base de toda sociedad sana. Y la pérdida de autoridad de los padres en la educación de los hijos sería el golpe más duro. Luchar contra la “ideología de género” es luchar contra un movimiento que es pervertido y destructivo de la sociedad humana.
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El autor es colaborador permanente de Radio Corporación.Puede conocer más de él, sus libros y artículos en su blog: www.adolfomirandasaenz.blogspot.com