20230817

EE. UU. hacia elecciones muy reñidas

Todo indica que los candidatos serán Joe Biden y Donald Trump, con ideas totalmente opuestas, en un país que está dividido casi por la mitad en la polarización más grande de su historia, quizás solo superada durante la Guerra Civil.

Adolfo Miranda Sáenz

Parece ser un hecho que los contrincantes en las elecciones presidenciales de Estados Unidos serán Joe Biden y Donald Trump, quienes a esta fecha van empatados según las principales encuestas. Los más importantes analistas políticos de ese país coinciden en que esto difícilmente va a cambiar y refleja que el país está dividido casi por la mitad en la polarización mayor de su historia, “quizá” solo superada durante la Guerra Civil.

Destaco la palabra “quizá” porque, aunque ahora geográficamente no está la división tan clara como lo estuvo entre el Norte y el Sur durante la Guerra Civil, entre los temas que dividían ambos bloques el único, digamos, “polarizante”, entonces era la práctica de la esclavitud. Mientras que ahora hay más temas asumidos como irrenunciables que separan a liberales y conservadores, o demócratas y republicanos; y aunque en menor grado, a los independientes que se inclinan por unos u otros. Son temas asumidos como principios difícilmente reconciliables.

 
Durante las décadas de 1980 y 1990 los votantes pudieron “dar una oportunidad al otro partido” cuando estaban desencantados con el desempeño del presidente porque no estaban tan separados en sus posiciones. Pero ahora el abismo entre los partidos es tan grande que consideran que los temas que los dividen son fundamentales para el tipo de sociedad en la que quieren vivir. Piensan que los intereses que se juegan son demasiado importantes, y que si favorecen al contrario van a construir un mundo en el que no quisieran vivir.

Sin pretender ser exhaustivo menciono algunos de estos temas en orden alfabético: Aborto. Brutalidad policial. Cambio climático y contaminación. Complejos carcelarios. Derechos civiles. Desempleo. Desigualdad de ingresos. Educación igualitaria. Gastos de defensa militar. Impuestos. Influencia política de las Corporaciones. Inmigración. Matrimonio del mismo sexo y movimiento LGBTTTIQ. Pena de Muerte. Pobreza. Préstamos estudiantiles. Racismo. Salud asequible. Terrorismo. Tiroteos y control de armas. Vigilancia y control del gobierno vs privacidad. Vivienda asequible.

¿Será que estos temas, aunque polémicos, sean absolutamente irreconciliables para polarizar de manera abismal al pueblo estadounidense? ¿Será que liberales y conservadores que discrepan en algunos asuntos no pueden coincidir en otros encontrando un equilibrio en que las coincidencias pesen más que las diferencias? ¿Será posible que las personas “monotemáticas”, que hacen de un solo tema motivo suficiente para tomar una posición polarizada, no puedan considerar también otros asuntos? 

¿Es que, acaso, todo es "absolutamente innegociable" al extremo de que no se pueda ceder en un punto a cambio de que el otro ceda otro tanto para convivir como conciudadanos de un país unido que se ha caracterizado por ser ejemplo de "unidad en la diversidad"? ¿Acaso esta gran nación de emigrantes formada por personas de diferentes razas, orígenes, cultura, tolerancia y libertad, no pueda ahora reconciliarse coincidiendo en grandes metas compartidas? 

Estados Unidos está incorporando una gran división que desnaturaliza la base de la "unidad en la diversidad" sobre la cual se creó, y que a pesar de sus errores históricos y actuales, con sus deficiencias y defectos, ha sabido ser grande y admirable. Ojalá todos los estadounidenses aporten algo para unificar su país.

Trump se enfrenta a un enjambre de acusaciones penales sin precedentes para un aspirante presidencial y además expresidente. Pero su ventaja en las primarias republicanas se ha fortalecido. Y aunque las encuestas han revelado algunas señales de advertencia para él como candidato a las elecciones generales, en su mayoría apuntan a una contienda muy reñida con el presidente Joe Biden, por lo general con una pequeña ventaja para Biden, y un pequeño puñado de Estados indecisos precariamente equilibrados, que probablemente sean quienes decidan el resultado.
 
Varios asuntos importantes están sumándose, como la desaceleración de la inflación y la aceleración de los problemas legales de Trump, que podrían favorecer a Biden. Que Trump sea un candidato que esté yendo y viniendo entre la campaña y los tribunales, no afecta su apoyo entre los republicanos; pero entre los independientes conservadores puede tener incidencia, aunque según las encuestas solo alrededor de la mitad de los independientes están de acuerdo en que “ha hecho algo ilegal”. 

Los demócratas ganaron el voto popular en siete de las últimas ocho elecciones presidenciales, algo que ningún partido había hecho desde 1828. Esto indica que la coalición demócrata, a nivel nacional, es un poco más grande que la del Partido Republicano. Pero la dificultad de los demócratas para competir fuera de las grandes ciudades, así como el sistema de elección indirecta con el fuerte peso —no proporcional a su población— de los Estados pequeños en el Colegio Electoral, hacen que el Partido Republicano, más fuerte en las zonas rurales y en las ciudades pequeñas donde hay más conservadores, sea competitivo.

Así está el panorama hasta ahora, cuando todo indica que las elecciones serán muy reñidas. Pero, gane quien sea de ambos contendientes, el problema de una nación tristemente dividida y absolutamente polarizada, deberá ser la principal preocupación y la tarea pendiente más importante para el pueblo estadounidense. Entre Trump y Biden, ¿quién podrá unir más al país y quién sería más polarizante? Quizá la respuesta que cada cual dé a esa pregunta será lo que decida el voto de los estadounidenses liberales y conservadores más moderados, que no se han polarizado, y puedan decidir la elección.