Cada día menos personas contraen matrimonio, pero la familia que no surge de un matrimonio o no se desarrolla teniendo como base y referente un matrimonio, no tiene una base sólida y equilibrada.
Adolfo Miranda Sáenz
El matrimonio es el núcleo y
origen de la familia como parte de la ley natural. Surge del consentimiento sincero, libre y
personal, por el cual un hombre y una mujer se dan y se reciben mutuamente.
Ambos se dan a sí mismo en el amor y en el don de la vida, en una plena
entrega, en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad,
comprometidos a guardarse absoluta fidelidad para toda la vida, ordenada por su
misma naturaleza al disfrute de la sexualidad, al bien de los cónyuges, a la
procreación y educación de sus hijos, al sostenimiento y apoyo mutuo entre los
esposos, de los padres a los hijos y de estos a sus padres. Una persona es
libre para casarse o no y de elegir cónyuge. Pero al contraer matrimonio se
debe asumir éste con responsabilidad, como un compromiso estable y permanente.
El Estado y la sociedad en
general están obligados a respetar, promover y defender la institución de la
familia que se forma a partir del matrimonio, por ser la base y el fundamento
de toda sociedad y de todo Estado. Nunca el Estado debe invadir el ámbito
propio de la familia. El matrimonio y la familia deben estar protegidos por la
ley.
La familia que no surge de un matrimonio o no se desarrolla teniendo como base y referente un matrimonio, no tiene una base sólida y equilibrada. La familia es necesaria para la
transmisión de la vida y la educación fundamental. Ofrece el ambiente necesario
de afecto y estabilidad basados en un sólido compromiso y en la comunión de las
personas, junto a la complementariedad que ofrecen el padre y la madre (que son esposo y esposa) con las
características propias del hombre y la mujer, como se encuentran en un matrimonio.
Son muchos los valores adquiridos
en la vida familiar que después se manifiestan en la vida social. La autoridad,
la estabilidad y la vida de relación en el seno de la familia constituyen los
fundamentos de la libertad, de la seguridad y de la fraternidad en el seno de
la sociedad y del Estado. En la familia se aprenden valores morales y a usar
adecuadamente la libertad. Es iniciación a la vida en sociedad. Por eso, las
crisis en las familias producen crisis en las sociedades.
Algunos defienden una distorsión
sobre las responsabilidades familiares, conyugales y de padres, negando que el
hombre y la mujer tengan sus propias y diferentes funciones naturales y
características para ser el hombre, padre, y la mujer, madre. Y que ambos son necesarios para que los hijos reciban
una formación que es complementaria. Además de que, siendo la familia el lugar
adecuado para tener, criar y educar a los niños, éstos no pueden existir sin la
unión sexual natural de una pareja en la que necesariamente uno debe ser hombre
y la otra mujer.
Existe una sobre exaltación del
deseo de libertad y de realización personal que rechaza cualquier tipo de
compromiso a largo plazo. Crece el egoísmo individualista. Se menosprecia el
valor del matrimonio como una institución permanente, como si fuera un contrato
que pueda romperse fácilmente como cualquier contrato comercial. Hay una ultra
defensa de los derechos de los adultos con detrimento de los del niño,
incluyendo el derecho a existir y el derecho a nacer que se trata de negar con
la práctica del aborto.
La fe en Dios y la religión aprendida y vivida
en la familia fortalecen los lazos de unidad
y aportan valores preciosos a las familias, que los hijos nunca
aprenderán fuera. Las sociedades donde esto se practica, son más sanas. La
prueba está en la realidad misma: observemos cómo a medida que se va apartando
a Dios y a la religión, van desapareciendo las familias y aumentan los
problemas sociales, mentales, emocionales, las depresiones, la ansiedad, la
agresividad, el consumo de drogas, los suicidios y la violencia. Incluyamos a
Dios en nuestras vidas y en nuestra vida familiar, y veremos los cambios
positivos. ¡Hagamos la prueba!
Publicado en el Diario La Prensa y Transmitido por Radio Corporación (Managua)