20210408

Qué es la justicia transicional

Se aplica en los procesos de transición en los que es necesario equilibrar las exigencias jurídicas y las exigencias políticas para lograr la paz y un cambio efectivo del ejercicio del poder. 

Adolfo Miranda Sáenz



No es la justicia común. La que conocemos como justicia ordinaria o común es la justicia distributiva, la que la sociedad humana espera que sea aplicada normalmente en todos los tribunales y que se basa en el principio de “dar a cada cual lo que le corresponde” y que de ella se derivan la justicia correctiva (restaurar una situación equitativamente después de haberse alterado ilegalmente) y la justicia retributiva (aplicación de penas proporcionales a las faltas o delitos cometidos). Pero “dar a cada cual lo que le corresponde” no siempre es posible en algunas situaciones especiales como sería poner fin a un conflicto armado, o lograr la transición difícil de un gobierno a otro en situaciones de conflicto. Es cuando surge la opción excepcional de aplicar una justicia transicional en lugar de no aplicar ningún tipo de justicia.   
 
Generalmente se ha aplicado la justicia transicional cuando lograr la paz, el desarme y el paso a la vida civil y política de un grupo armado irregular, o la transición pacífica de un gobierno a otro, solo es posible si no se aplica la justicia ordinaria. Son medidas judiciales y políticas utilizadas para evitar que por temor a las consecuencias de enfrentar la justicia ordinaria de parte de uno o de diferentes sectores de un conflicto armado o político, no se logre la paz deseada ni el cambio o la transición que se necesita. Para no renunciar a la justicia en tales casos, se acuerda entre las partes involucradas aplicar un tipo de justicia transicional que permita una forma imparcial de investigar y dar a conocer la verdad de los hechos ocurridos durante duró el conflicto, identificar a los culpables y a las víctimas, sancionar de alguna forma a los culpables, brindar reparación a las víctimas y tomar las medidas pertinentes para asegurar la no repetición de tales acciones.
 
La justicia transicional se aplica en los procesos de transición en los que es necesario equilibrar las exigencias jurídicas (los derechos de las víctimas a la verdad, la justicia, la reparación y la garantía de no repetición) y las exigencias políticas (la necesidad de paz y de un cambio efectivo del ejercicio del poder) que requieren dichas transiciones. Por ejemplo, los padres de un muchacho muerto como víctima de una represión, podrían estar dispuestos a aceptar una justicia transicional con tal de librarse de los represores, en vez de la incertidumbre de que permanezcan indefinidamente en el poder sin someterse a ningún tipo de justicia, dejando a sus otros hijos viviendo en peligro bajo la misma represión indefinidamente.
 
La justicia transicional se ha aplicado en algunos países de Europa Oriental que transitaron de la dictadura comunista a la democracia, y en algunos países de América Latina. No hay un modo único de justicia transicional, sino diferentes formas de aplicarla según cada situación particular y los acuerdos logrados. En América Latina se han aplicado diversas variantes de justicia transicional en Argentina, Uruguay, Brasil, Chile, Perú, Guatemala y El Salvador. En Colombia, entre el Gobierno y las FARC. En algunos casos los resultados han sido satisfactorios, en otros hay sectores inconformes. En Nicaragua, en 1989 se acordó una amnistía para somocistas, sandinistas y contras, y elecciones libres observadas, lo cual no fue exactamente un proceso de justicia transicional, aunque tuvo algunos de sus elementos.
 
Algunos casos de justicia transicional han incluido, por ejemplo, la formación de una Comisión de la Verdad imparcial, a veces internacional; la restauración pública de la honra de las víctimas; la compensación económica; la baja de militares o policías reconociéndolos públicamente como culpables; el cumplimiento de ciertas penas; las amnistías; la devolución o compensación de bienes; la disolución o la reestructuración de ejércitos o fuerzas policiales, o el cambio de los principales oficiales. No es lo ideal, pero quizá sea lo único posible de aplicar. Modernamente se acepta como válido para librarse de un mal mayor.