Se aplica en los procesos de transición en los que es necesario equilibrar las exigencias jurídicas y las exigencias políticas para lograr la paz y un cambio efectivo del ejercicio del poder.
Adolfo Miranda Sáenz

No es la justicia común. La que conocemos como
justicia ordinaria o común es la justicia distributiva, la que la sociedad
humana espera que sea aplicada normalmente en todos los tribunales y que se basa en el
principio de “dar a cada cual lo que le corresponde” y que de ella se derivan la
justicia correctiva (restaurar una situación equitativamente después de haberse
alterado ilegalmente) y la justicia retributiva (aplicación de penas
proporcionales a las faltas o delitos cometidos). Pero “dar a cada cual lo que
le corresponde” no siempre es posible en algunas situaciones especiales como
sería poner fin a un conflicto armado, o lograr la transición difícil de un
gobierno a otro en situaciones de conflicto. Es cuando surge la opción excepcional
de aplicar una justicia transicional en lugar de no aplicar ningún tipo de
justicia.
Generalmente se ha aplicado la justicia
transicional cuando lograr la paz, el desarme y el paso a la vida civil y
política de un grupo armado irregular, o la transición pacífica de un gobierno
a otro, solo es posible si no se aplica la justicia ordinaria. Son medidas
judiciales y políticas utilizadas para evitar que por temor a las consecuencias
de enfrentar la justicia ordinaria de parte de uno o de diferentes sectores de
un conflicto armado o político, no se logre la paz deseada ni el cambio o la
transición que se necesita. Para no renunciar a la justicia en tales casos, se
acuerda entre las partes involucradas aplicar un tipo de justicia transicional
que permita una forma imparcial de investigar y dar a conocer la verdad de los
hechos ocurridos durante duró el conflicto, identificar a los culpables y a las
víctimas, sancionar de alguna forma a los culpables, brindar reparación a las
víctimas y tomar las medidas pertinentes para asegurar la no repetición de
tales acciones.
La justicia transicional se aplica en los procesos
de transición en los que es necesario equilibrar las exigencias jurídicas (los
derechos de las víctimas a la verdad, la justicia, la reparación y la garantía
de no repetición) y las exigencias políticas (la necesidad de paz y de un
cambio efectivo del ejercicio del poder) que requieren dichas transiciones. Por
ejemplo, los padres de un muchacho muerto como víctima de una represión,
podrían estar dispuestos a aceptar una justicia transicional con tal de
librarse de los represores, en vez de la incertidumbre de que permanezcan
indefinidamente en el poder sin someterse a ningún tipo de justicia, dejando a
sus otros hijos viviendo en peligro bajo la misma represión indefinidamente.
La justicia transicional se ha aplicado en algunos
países de Europa Oriental que transitaron de la dictadura comunista a la
democracia, y en algunos países de América Latina. No hay un modo único de
justicia transicional, sino diferentes formas de aplicarla según cada situación
particular y los acuerdos logrados. En América Latina se han aplicado diversas variantes
de justicia transicional en Argentina, Uruguay, Brasil, Chile, Perú, Guatemala
y El Salvador. En Colombia, entre el Gobierno y las FARC. En algunos casos los
resultados han sido satisfactorios, en otros hay sectores inconformes. En
Nicaragua, en 1989 se acordó una amnistía para somocistas, sandinistas y
contras, y elecciones libres observadas, lo cual no fue exactamente un proceso
de justicia transicional, aunque tuvo algunos de sus elementos.
Algunos casos de justicia transicional han
incluido, por ejemplo, la formación de una Comisión de la Verdad imparcial, a
veces internacional; la restauración pública de la honra de las víctimas; la
compensación económica; la baja de militares o policías reconociéndolos públicamente
como culpables; el cumplimiento de ciertas penas; las amnistías; la devolución
o compensación de bienes; la disolución o la reestructuración de ejércitos o
fuerzas policiales, o el cambio de los principales oficiales. No es lo ideal, pero quizá sea lo único posible de aplicar. Modernamente se acepta como válido para librarse de
un mal mayor.