20220413

Las reformas a la Curia Romana

El reto más complicado del Papa Francisco. La reforma al centro de poder e influencia dentro de la Iglesia, tan respetado como temido. 

Adolfo Miranda Sáenz


Cuando abdicó Benedicto XVI, el Colegio de Cardenales tuvo algunas reuniones antes de entrar al Cónclave, en las que se expusieron los principales problemas y retos que tendría el nuevo Papa. Plantearon el tema doloroso de abusos de menores; los escándalos alrededor del llamado “banco del Vaticano”; y también fue manifestada por la mayoría de cardenales la necesidad de reformar la Curia Romana.
 
Una vez elegido, el Papa Francisco tomó medidas de “cero tolerancia” con los clérigos que abusaran de menores, mandando a los obispos a actuar con rigor. Reformó el manejo de las finanzas de la Iglesia y removió de sus cargos a los funcionarios, clérigos o laicos, que no fueran de probada honestidad. La reforma de la Curia Romana fue probablemente su reto más complicado. Estaban en juego los cargos de importantes e influyentes cardenales. La Curia Romana era el centro de poder e influencia más grande de la Iglesia, tan respetada como temida, pero anacrónica. Sus secretarías, comisiones, congregaciones o dicasterios eran los súper ministerios que gobernaban la Iglesia Católica, legalmente bajo la autoridad del Papa, que no siempre podía controlarlos ni estar enterado de todo.
 
Decidió nombrar una Comisión de Cardenales Asesores para ayudarlo en esta tarea y en general en el gobierno de la Iglesia, bajo la coordinación del cardenal hondureño Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, Arzobispo de Tegucigalpa. Algunos cardenales nombrados inicialmente tuvieron que ser sustituidos en la marcha por diferentes razones prácticas (ninguna por contradicciones ni discrepancias). Además del coordinador, Cardenal Rodríguez Maradiaga, la integran los cardenales Pietro Parolin, Secretario de Estado; Sean Patrick O'Malley, arzobispo de Boston; Oswald Gracias, arzobispo de Bombay; Reinhard Marx, arzobispo de Múnich; Giuseppe Bertello, Gobernador del Estado del Vaticano; y Fridolin Ambongo Besungu, arzobispo de Kinshasa, República del Congo.
 
Con la reciente Constitución Apostólica “Praedicate Evangelium”, Francisco, llamado “El Papa de la Primavera” por la frescura renovadora que ha traído, ratificó algunos cambios que ya están en vigencia, suprimió algunos organismos, reformó otros y  creó nuevos. Entre los cambios está la creación del gran dicasterio para la Evangelización, que será presidido directamente por el Papa,  el nuevo dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, que agrupará los temas sociales de la Iglesia, la nueva Secretaría para la Economía, que manejará todas las finanzas vaticanas y la transformación de la antes poderosa Secretaría de Estado en una Secretaría Papal.   
 
El dicasterio para la Doctrina de la Fe se ha dividido en dos secciones: una disciplinar que se ocupará de los procesos canónicos con la intención de acelerar las causas sobre los abusos a menores, y la otra doctrinal, que se ocupa de la reglas sobre fe y moral. Además, dentro de Doctrina de la Fe se ha incluido la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores, para proponer las iniciativas más adecuadas para la protección de niños, niñas y otras personas vulnerables.
 
la Curia Romana tendrá 16 dicasterios para: la Evangelización; la Doctrina de la Fe; el Servicio de la Caridad; las Iglesias Orientales; el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos; las Causas de los Santos; de los Obispos; del Clero; de los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica; los Laicos; la Familia y la Vida; la Promoción de la Unidad de los Cristianos; el Diálogo Interreligioso; la Cultura y la Educación; la Promoción del Desarrollo Humano Integral; los Textos Legislativos; y para la Comunicación.
 
Igual que en las secretarías, comisiones, etc., los miembros serán nombrados por el Papa por cinco años, y  deben participar —incluso presidir algunos— no solo cardenales y clérigos, sino religiosos y laicos varones y mujeres. Todos son ahora iguales en jerarquía, obligados a coordinarse y servir como organismos de apoyo al Papa y los obispos, para facilitar la evangelización en el espíritu del Concilio Vaticano II, actuando en sinodalidad y diálogo.

Publicado en el Diario La Prensa y transmitido por Radio Corporación (Managua)