20190502

Dr. José Rizo Castellón (In Memoriam)


Adolfo Miranda Sáenz


Conocí al doctor José Rizo Castellón en el Colegio Centro América de Granada. Coincidimos en las inquietudes literarias, concursos de oratoria y actividades culturales. Era muy amigo de mis primos Sáenz, en cuya casa de Granada solía quedarse algunos fines de semana, pues siendo jinotegano estaba en el internado del colegio.

Me reencontré con José cuando regresó del exilio en Chile y reestructuró el Partido Liberal Constitucionalista con el doctor Arnoldo Alemán y mis dos amigos granadinos de la infancia, Lorenzo Guerrero Mora y José Antonio Alvarado. Yo había sido en los años 70 uno de los organizadores y directivo del Movimiento Liberal Constitucionalista liderado por el doctor Ramiro Sacasa Guerrero para separar el liberalismo del somocismo, pero en los 80 el MLC se fue diluyendo y estaba entonces casi desaparecido, cuando estos cuatro amigos le dieron nueva vida como PLC. El doctor Alemán era Alcalde de Managua y José era el Secretario de la Alcaldía, cuando un día José me llamó por teléfono para invitarme a tomar un café en el despacho del alcalde. Allí conocí al doctor Alemán y me reencontré con mis dos amigos granadinos y con José, que conocía mi liberalismo desde siempre y me tenía listo el carnet del PLC, que al aceptárselo lo firmó el doctor Alemán.

20190410

Cómo podemos combatir la pobreza eficazmente

Adolfo Miranda Sáenz


Cómo quisiéramos vivir en una sociedad sin pobreza. Donde todos tengan un empleo digno, un salario digno y una vida digna. Sin que les falte nada. Donde los empresarios, profesionales, técnicos, comerciantes, artistas, obreros, campesinos... ¡todos! vivamos dignamente.

Combatir la pobreza es una necesidad apremiante cuya importancia reconoce toda persona con sensibilidad humana. El asunto es cómo hacerlo en forma eficaz. Si se sigue el camino del marxismo-leninismo (confiscando capitales, eliminando la propiedad privada de los medios de producción, eliminando el libre mercado, absolutizando la centralización del Estado, etc.) el resultado será siempre un desastre. La historia ha probado que en tales sistemas los pobres se vuelven más pobres, los ciudadanos pierden todas las libertades y se cierran las puertas de la democracia. La llamada por los comunistas “dictadura del proletariado” termina siempre en la “tiranía de una poderosa nomenclatura corrupta”.

20190319

Los abusos no son "delitos de curas"

Adolfo Miranda Sáenz



Los abusos sexuales a menores son delitos crueles con daños incalculables, repugnan a cualquier mente sana y merecen castigos ejemplares. En esto no puede haber medias tintas. Es evidente que se trata de un problema dentro de nuestra amada Iglesia. Un problema grave y muy doloroso. Religiosos consagrados, sacerdotes, obispos y hasta cardenales han cometido ellos mismos, o han callado ante numerosos casos de abusos de menores.

No se vale tratar de justificar el silencio con argumentos tales como la protección de un padre (el obispo) a un hijo (el sacerdote abusador), pues los niños y niñas abusados también son sus hijos encomendados por Dios al cuido del pastor. Ni se vale decir que “los trapos sucios se lavan en casa” pues guardar tanta suciedad contamina toda la casa.

20190312

El tiempo perdido jamás se recupera

Adolfo Miranda Sáenz



En días pasados mi esposa y yo estuvimos ambos padeciendo lo que a mí me pareció “la madre de todas las gripes”. No sé si por ser yo —elegantemente dicho—  de la tercera edad, o sea, viejo. No sé si porque se trató de un virus súper mutante, o si se mezcló una afección viral con una infección bacteriana, o si tan solo sea muy cobarde ante las enfermedades. La cosa es que me sentía agónico. Aunque mi esposa, igual de enferma, no se quejó tanto como yo. Una vez más comprobé que las mujeres ante el dolor son más valientes y fuertes que los hombres.

20190305

La "otra vida" en las antiguas civilizaciones

Todas las civilizaciones humanas, desde siempre, desde los albores de la humanidad, tienen en común “creer en la otra vida”.

Adolfo Miranda Sáenz


Tras el reciente descubrimiento de unas antiguas ruinas, se ha considerado que la cultura china tiene 10.000 años y es la más antigua cultura conocida del mundo. En la antigua China era creencia común que los muertos fuesen a vivir en otro mundo. Por eso se les debía proporcionar todo lo necesario para aquella nueva vida. Desde tiempos inmemoriales los chinos tuvieron un interés especial en venerar a sus antepasados. En una larga ceremonia se “fijaba” el alma a una tablilla o “ling-pai”, que era colocada en casa, en el altar familiar. A través de ella los hijos podían entrar en contacto con sus padres.

20190226

Pruebas de vida después de la muerte

Muchos de los que experimentaron la muerte y luego volvieron a la vida aseguran que recuerdan lo qué pasó en la sala del hospital después que el médico los había declarado muertos.

Adolfo Miranda Sáenz


"Sí, hay vida después de la muerte. He estado sumido en un profundo coma durante una semana en la que viajé a otra dimensión del universo; una dimensión que nunca antes pude llegar a soñar que existiese. La conciencia persiste más allá de la muerte, ajena al cuerpo y al cerebro.” Lo afirma el neurocirujano de la Universidad de Harvard, doctor Eben Alexander, en su libro Proof of Heaven (La prueba del Cielo). Existen varios estudios científicos que concluyen que la vida después de la muerte sí existe.  El doctor Sam Parnia, también médico, ha trabajado en las salas de emergencia de más de 25 hospitales en Europa y en Estados Unidos, lo que le ha permitido investigar la conciencia (el estar consciente) después de la muerte, publicando el resultado en su libro Erasing Death (Borrar la Muerte).

20181218

¿Dónde está Dios en las tragedias?


Adolfo Miranda Sáenz


Las tragedias, los desastres, el sufrimiento, la muerte, son parte de la vida. Este planeta no es un lugar seguro. Está lleno de maldad, de odio. Muchos pueden hacernos daño. Hay problemas y divisiones hasta en las familias, con mucho dolor. Hay desempleo, hambre, necesidades básicas insatisfechas. Todos sabemos que vamos a morir, sin saber cuándo. Mueren niños, jóvenes y viejos por enfermedad, por accidentes, por desastres naturales o por actos criminales. Muchos sufren enfermedades, discapacidad, explotación, cárcel, persecución. En medio de tantas tragedias, ¿dónde está Dios? ¿Acaso no existe? ¿O no le importamos?

20181211

Los ateos no existen

Adolfo Miranda Sáenz


Los que se llaman ateos (a=sin, teo=dios) dicen que Dios no existe. Pero aunque algunos nieguen la existencia del Dios de los cristianos, judíos, islámicos… creen fielmente en otros dioses. El asunto es, ¿a quién amamos sobre todas las cosas, en quién creemos, en quién depositamos nuestra confianza, quién ocupa el centro de nuestras vidas, a quién adoramos y damos culto?

Viajando por la ex Unión Soviética y otros países ex comunistas de la Europa Oriental en los años 80  —cuyas constituciones declaraban que eran oficialmente ateos— vi que realmente eran creyentes; adoraban a un “dios” llamado partido.

20181119

Distingamos entre lo deseable y lo posible

Adolfo Miranda Sáenz


Todos tenemos metas, propósitos, ideales que quisiéramos lograr, pero no siempre es posible obtener todo lo que quisiéramos. Así es a nivel personal, familiar, empresarial, nacional, institucional, etc. Las metas pueden ser posibles de alcanzar… o no. Si fueran posibles, es encomiable el esfuerzo por lograrlo; pero si lograrlo no fuera posible, la lucha por alcanzarlo puede terminar en un desastre. Por eso, antes de emprender cualquier acción para lograr una meta es necesario hacer los cálculos con sabiduría, prudencia y responsabilidad, para valorar si esa meta además de deseable es posible. Si no es posible, sería un error, una temeridad o una irresponsabilidad emprender (o continuar) esas acciones.  Es necesario ser realista y distinguir entre lo deseable y lo posible.

20181112

Una religión de amor, no de preceptos

Adolfo Miranda Sáenz


Cuando era niño y adolescente me enseñaron que ser un buen cristiano católico era cumplir con los mandamientos de Dios y de la Iglesia, que parecían pocos, diez y cinco, pero que en la práctica se convertían en muchos, sobre todo del tipo de “no debes hacer esto, ni esto, ni esto…”. Ser cristiano parecía resumirse en “no hacer” y en “cumplir”. Eso me llevaría al cielo después de morir. Lo contrario me llevaría al infierno, un lugar de, literalmente, fuego ardiente donde me pasaría quemando horriblemente por toda la eternidad. Me decían que si una hormiguita diera vueltas alrededor de una gran bola de acero por miles y miles de años hasta abrir un surco y partirla en dos, yo todavía seguiría quemándome terriblemente en el infierno y seguiría así por siempre, ¡eternamente! Y que aunque lograra ir al cielo, todavía tendría que pasar un tiempo en un purgatorio ardiente quemándome para purificarme de mis pecados. Recuerdo un cuadro en una iglesia donde una pobre gente aparecía quemándose en llamas sufriendo terriblemente mientras unos ángeles tomaban de la mano a algunos para sacarlos. Así se representaba el purgatorio, de forma horripilante.

20181009

Atados a pensar y actuar "como siempre"

Adolfo Miranda Sáenz


Recientemente escuché sobre un señor que sufría mucho por un mal que ningún médico lograba explicar ni curar. Su rostro se ponía muy rojo, los ojos saltones parecían querer salirse de su cara, tenía dificultades para respirar, sentía que se ahogaba y hablaba con dificultad. Pasó muchos años, hasta décadas, sufriendo por eso. Unos médicos dijeron que era un problema de las amígdalas… y le operaron las amígdalas. Otros dijeron que era culpa del apéndice… y le extirparon el apéndice. Otros dijeron que era por deformación de su dentadura… y le quitaron todos los dientes. Otros le recomendaron ir a Suiza donde habían descubierto una nueva medicina que curaba males parecidos… la tomó por un año, pero no mejoró nada.

20180827

Sin partidos no hay democracia

Adolfo Miranda Sáenz 



La idea de prescindir de los partidos políticos en el quehacer político de un país y pretender llegar a acuerdos políticos trascendentales al margen de los partidos; o sea, hacer política sin los partidos políticos, o tomar decisiones políticas sin tomar en cuenta a los partidos, es un pensamiento contrario a la democracia, que únicamente comparten el fascismo y el comunismo; tales sistemas niegan la construcción de la democracia mediante un sistema de competencia cívica entre los diferentes partidos, constituyéndose en dictaduras de partidos únicos, donde los únicos grandes electores son el grupo o la persona que ostenta el poder y que generalmente termina aferrándose al mismo. La historia demuestra que donde no hay un sistema de elecciones libres en que compitan diversos partidos, o donde los partidos se anulan o marginan, no hay democracia verdadera.